Yo no me doi por vencido

Todos nosotros ya hemos pasado por momentos de aflicciónes. Uma enfermedad que nos toma de golpe, uma repruebación em el colégio, uma separación traumática, la muerte de alguien muy querido, la despedida de un empleo de muchos años, una traición, un fracaso y la perdida de un sueño. Hay muchas cosas que nos pueden pasar que se interponen delante de nosotros para robarnos la paz. Nos intentan asaltar y amedrontar para acobardarnos. Se interponen delante de nosotros como um gigante queriendo nos destruir. Hubo um cierto muchacho llamado Davi que también um dia tubo que enfrentar a un gigante filisteo. Pero esse gigante no desafio primeramente a Davi. Cuenta la bíblia que esse gigante desafio primeramente al pueblo israelí y lo llamó de covardes. Davi sabia que quando um problema nos desafia y nos afronta, quando uno tiene uma alianza com Dios, no está desafiando a nosotros pero si desafiando al Dios vivo. Y Davi dijo: “¿quién es este Filisteo incircunciso, para que provoque á los escuadrones del Dios viviente?” I Samuel 17:26. Davi sabia el pueblo al que pertencia y que quien tocaba en el pueblo de Dios “toca á la niña de su ojo” Zacarias 2:8. Davi sabia el tamaño de su Dios y que  “no se adormecerá ni dormirá El que guarda á Israel” Salmos 121:4. Sabia que nada, ni nadie, nos puede separar de su amor: “¿Quién nos apartará ...tribulación? ó angustia? ó persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo?” Romanos 8:35. Davi no miró para el tamaño del gigante pero le mostró al gigante el tamaño de su Dios.

Davi recordo los momentos de dificultad que vivió em el pasado. Pero no fué para quejarse de las circunstancias difíciles vividas, no!... Davi se recordo de los momentos difíciles para recordarse que em ellos Dios le havia dado victórias. Dijo a respecto del gigante: “Jehová que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este Filisteo” 1 Samuel 17:37 Y le dijo al gigante: “ Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y quitaré tu cabeza de ti.” ! Samuel 17:46

Davi conocia a Dios y confiaba em Él!  Las victórias que Dios le havia dado em el pasado le sirvieron de currículo a Davi. Davi era pastor de ovejas. Quando uma fiera como um león o oso venia y robaba uma oveja, Davi buscaba em Dios fuerzas y corria trás la fiera y mataba al oso o león com sus manos y retomaba la oveja. El tenia un muy grande amor por las ovejas. Davi no admitia que una sola oveja se perdiera de sus manos. Pero siempre pedia fuerzas a Dios para poder retomar las ovejas que Dios le havia dado. Asi también Davi amaba a su pueblo.

Quando los problemas te intentan asaltar y matar recuerdate de Davi. El era rubio y chiquito. Era apenas um muchachito. Chico a los ojos de los hombres pero que sabia que servia a un gran Dios que no dejaba que ninguna oveja de su rebaño se perdiera. Y Tu? Ya eres uma oveja? Ya te submetistes al trato y cuidado del mejor pastor de todos los pastores: Jesús. Él es el buen pastor: “el buen pastor su vida da por las ovejas” Juan 10:11. Este pastor vive para siempre y es el próprio Dios. Nadie puede desafialo robandole uma oveja.

Si depositas tu fé em él ciertamente ocurrirá um milagre em tu vida. Quando tus fuerzas se extingan, quando creas que todo está terminado, quando el vigor se te agote: cree aún el Él, espera y verás. Clama por el pastor, mismo que ya paresca que estás em la boca del león. Ciertamente si clamares com fé creyendole de todo corazón Él vendrá: Él es el Dios de los imposibles. Vendrá com su vara y su cajado y te consolará. Te tomará em sus manos y entonces sabras que tienes alguen mucho mayor que um pastor, um padre o un salvador: alguien que te ama y nunca te abandonará. Entonces quando puedas ver Su gloria y majestad la muerte o qualquier otra circunstância de la vida no te amedrontará más. Lo verás em los cielos, em su trono, em su reino y poder y glória. Entonces pasarás a querer estar con él em su presencia. Y pasarás a tener a su paz em tu corazón, esa paz que no depende de circunstáncias. Entonces si sabrás que descubristes algo mucho mayor, mas lindo, puro y valioso: tu Dios de amor.