Muy antiguamente una pequeña niña vivia en un desierto, donde
el água era muy escasa. Ella se intrigaba al oir sobre el mar. Ella se espantaba
con la idea de un lugar em que el água iba hasta donde se podia ver y soñaba en
lo conocer. A los 15 años, pidió a su padre um viaje de regalo. Su padre la
atendió y llegaron, despues de largo recorrido. La niña quedo eufórica. Como
era lindo, grande y estanteante! Al pisar la arena mojada, el rugido de las
olas la asustó. El água avanzó y cubrió sus pies, pero luego retorno le haciendo
cosquillas. Se aproximo, mas confiante. De repente uma ola la mojó por completo
y ella se entrego a la nueva experiência. Encontró finalmente el mar.
Vivimos em la sequedad y expectatiba de encontrar un Dios
que, por veces, solo conocemos de oir hablar. Nada de lo que imajinamos puede
llegar cerca de lo que Él realmente es. El miedo quiere nos impedir de lo probar,
de lo conocer y vivenciar su poder. Para lo experimentar, precisamos vencer el
miedo y nos involucrar profundamente. Conocer a Dios es la mayor experiencia que
se puede desear. Ningún oceano es mayor o mas profundo que su amor y perdon. Lo
buscar puede ser una lonjincua jornada, pero quando lo encontramos no podemos
dejar de tocarlo y sermos tocados por Él. Por veces somos agarrados de sorpresa
por Dios y entonces no hay como volver atrás. Aquel que creó y dá ordenes al
mar puede traer abundancia de água a qualquier desierto. Dios desea transformar
la sequedad del pecado y de la muerte em abundancia de água viva de la gracia y
de la misericordia. Permita hoy que la ola del amor de Dios inunde su alma y le
traiga vida.
PM apud calendário del Programa de Intercesión misionaria de la Junta de Misiones Mundiales, Brasil. Tradicción libre.
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