Un soldado que fue herido durante la última guerra estaba moribundo en su catre de campaña. De repente el profundo silencio de la noche fue roto por la exclamación: - ¡Presente! ¡Presente! - de labios del joven moribundo.
Algunos amigos se acercaron para ver qué deseaba.
- Escuchen - dijo-. Están pasando lista en el cielo. Unos minutos más tarde, pasó a la presencia del Rey.
Fuente: Doscientas anecdotas e ilustraciones, Editorial Moody
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