Se dice que una señora se encontraba preparando un paquete que iba a enviar para la India. En ese momento se presentó un niñito de la familia, el cual tenía un centavo que quería obsequiar al pueblo de ese país. Con el centavo compró un folleto evangélico y lo puso en el interior del paquete. Este folleto llegó a las manos de uno de los jefes de Birmania, que por medio de su lectura se convirtió al evangelio. Más tarde ese jefe, después de haber experimentado lo que Jesús hace en el corazón del hombre, contó esto a sus amigos; con el resultado de que varios de ellos se convirtieron también. Más tarde se organizó una iglesia, la cual pidió que un misionero fuera enviado, y quince mil convertidos fueron el fruto de la pequeña semilla.
Fuente: El Expositor - Adaptado
"Por la mañana siembra tu simiente, y á la tarde no dejes reposar tu mano: porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto ó lo otro, ó si ambas á dos cosas son buenas." Eclesiastes 11:6
"Por la mañana siembra tu simiente, y á la tarde no dejes reposar tu mano: porque tú no sabes cuál es lo mejor, si esto ó lo otro, ó si ambas á dos cosas son buenas." Eclesiastes 11:6
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